Ginecología
El control ginecológico anual es importante porque:
1. Nos ayuda a informarnos sobre el estado de salud de la mujer, la importancia del autoexamen mamario, el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y cómo prevenirlas, aprender de métodos anticonceptivos adecuados a las distintas edades de la mujer, educación sexual, etc.
2. Detectamos precozmente en la mujer menopáusica: la alteración de los lípidos en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos, aumenta el riesgo coronario y puede llevar a un problema cardíaco; o la alteración del metabolismo fosfocálcico que puede evolucionar hacia una osteoporosis.
Las patologías del cuello uterino, simplemente tratables o las lesiones mamarias no palpables (detectadas sólo mediante mamografías).
Existen distintas etapas en la vida de la mujer, y acordes con las mismas, la ginecología debe controlar, informar, prevenir y tratar situaciones que comprometan su salud.
La adolescencia es un difícil período comprendido entre los 10 y 20 años Se caracteriza por la resistencia a estos controles. Se inicia con la pubertad (10 a 15 años), manifestándose principalmente por cambios corporales y mentales. El cuerpo de la niña va adquiriendo funciones de adulto.
En la adolescencia media (15 a 18 años) ya existe un conocimiento y aceptación de las modificaciones corporales, sus funciones y capacidades. En éste período existe la búsqueda de la identidad sexual.
En la adolescencia tardía (18 a 20 años) se alcanzaría la madurez biopsicosocial (identidad adulta como mujer). Existe tendencia a la rebeldía y a buscar independencia del grupo familiar.
Durante este período pueden presentarse alteraciones del desarrollo, de los caracteres sexuales y trastornos funcionales del ciclo -irregularidades menstruales-. Estos últimos son bastante frecuentes.
Es necesario informar sobre las enfermedades de transmisión sexual y cómo prevenirlas; sobre métodos anticonceptivos.
Entre los 20 a 35 años los motivos de consulta más frecuentes están relacionados con la paridad: infertilidad, esterilidad, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, etc. Entre los 35 a 45 años pueden presentarse problemas tales como; fibromas uterinos, quistes ováricos, lesiones benignas o malignas de cuello uterino y prolapsos genitales.
Entre los 45 a 55 años se consulta por trastornos funcionales del ciclo (irregularidades menstruales), síndrome perimenopáusico y problemas tumorales (benignos y malignos).
55 años o más: Se consulta habitualmente por síndrome climatérico, prolapsos y procesos tumorales malignos.
Métodos complementarios de diagnóstico más frecuentes:
- Mamografía estudio radiológico básico para control mamario.
- a) Toda mujer (aún sin problemas mamarios) debe realizarse una mamografía inicial de control a los 35 años (aunque actualmente hay tendencia a llevar dicho estudio a los 30 años).
- b) Entre los 40 a 50 años realizar éste estudio cada año y medio o dos.
- c) A partir de los 50 años debe realizarse anualmente.
- Ecografía mamaria: puede realizarse a cualquier edad y con la frecuencia que considere el profesional.
Es un complemento de la mamografía pero no la reemplaza. - Ecografía Ginecológica
- a) La ecografía ginecológica ABDOMINAL (convencional) permite una visión panorámica del aparato genital aunque sin detalles de precisión. b) La ecografía ginecológica TRANSVAGINAL permite visualizar detalles mínimos (quistes ováricos, alteraciones de las trompas de Falopio, la presencia de un embarazo; la ubicación correcta de un DIU, la presencia de pólipos, tumores ováricos (benignos o malignos), etc. Este estudio resulta de gran utilidad en la pesquisa del cáncer ovárico (más frecuente entre los 45 a 60 años) que se presenta en forma totalmente silenciosa.